fotógrafa oficial

lunes, 26 de mayo de 2008

Estos (1) y (2) son los links de las fotos oficiales de AGG.

actitud minogue!

jueves, 22 de mayo de 2008

satélite ruso (segunda canción de la trilogía)

domingo, 11 de mayo de 2008


Mi vida es de plomo,
sentimiento sobrehumano.
Casi adolescente, me volví
un (Angus) tirano.

Chapar en Kosovo,
me acomodo en la alameda.
Me fui pero ahí vengo,
hago fuerza y que no ceda.

Quiero sacarme este disfraz y ser un Gaudio todo el día.
Quiero sacarme este antifaz y ser un Gaudio toda la vida.

Satélite ruso,
informame su destino.
Está vigilado
Angustiado y pervertido.


Música: Angus.
Letra: Marginetta/Angus

he visto el futuro. y se llama agg

martes, 6 de mayo de 2008

Una crónica de Crimi Contepomi.


Sí amigos, Los he visto. Y tengo una foto 8” x 10” autografiada para probarlo. Pero lo que es aún más importante: los he oído.

Sí, amigos. Yo estuve en un ensayo de AGG.

¿Qué decir? ¿Cómo expresar en palabras lo que sólo puede ser vivenciado a través de la vista y el oído? Tarea casi imposible, pero a la que nos abocaremos con la certeza de que cualquiera sea el resultado al que arribemos, será impreciso e insuficiente.

Podría comenzar por la estrella de la banda, la única, ELLA. Poleta Minogue es, con toda probabilidad, lo mejor que le pasó al rock y al pop desde la aparición de Madonna (o al menos desde Silvana Di Lorenzo). Enteramente vestida de negro, luciendo su característico carré desmechado, Poleta se para detrás de la conga (sí, tomen nota ustedes, los coleccionistas de detalles: sólo usa una conga) empuñando el micrófono como quien blande un arma mortal. Como munición gruesa: su voz. Melifluas notas que surcan el éter, ya etéreas y ligeras, ya indecisas y libres (como cuando ataca con pasión ese festival de cuartos de tono que circunvala desafiante el centro tonal establecido por el resto de la banda). Podrán reprocharle cierta falta de actitud irreverente, cierto pachorrismo desganado, pero a no confundirse: no estamos en presencia de otra juvenil gritona superdotada "alla" Christina Aguilera, sino frente a un talento sutil, en plena evolución, uno que se abre como pétalos de rosa al sol primaveral de la mañana. Si el chusmerío amarillista y las malas lenguas le atribuyen un divismo desmedido es porque no saben ver que detrás se esconde - muy en el fondo, es cierto - la humildad de los verdaderos espíritus hipersensibles.

Sosteniendo los cimientos, el pilar sólido e inamovible del bajo de Andy Angus hace lo que mejor sabe hacer: permanecer inmóvil, tercamente agarrado de las tónicas como si la vida del acorde se le fuera en ello. Un dejo de swing perfuma el pase de unas notas a otras, pintando, con su timbre gordo, cálido y portentoso, la base del lienzo sobre el que los demás integrantes dibujarán traviesas líneas entrecruzadas. Angus sabe lo que hace, tan bien que no precisa más que una o dos repeticiones para dar con la linea de bajo definitiva de cada tema. Afincados en el piso, sus pies sostienen las figuras de tai-chi con las que el resto de su cuerpo persigue el pulso escurridizo del metrónomo tácito... No lo encuentra, es cierto, pero ése, amigos, es un dato menor. Muy menor. Una sola distracción se permite el eximio bajista, y sucede a la hora del cambio de instrumentos (todos los integrantes son poli-instrumentistas) cuando, ágil como una gacela, y a caballo de una guitarra eléctrica, escupe fragmentos de acordes en semicorcheas que fluyen como sendos cuchillos congelados hacia los oídos del oyente en medio del irresistible maremagnum bailable de “Cápsula Pasión”.

Y justamente si de pasión se trata, ninguno tan movido por ella como el benjamín de la banda. Pero el hecho de ser el menor no lo convierte en absoluto en el menos experimentado, pues con su escasos veintipocos años Mick Marginetta es ya todo lo que un auténtico rockstar debe ser (y más). Veterano de varios escenarios, con una exitosa gira española como solista a sus espaldas, letrista, compositor, guitarrista, cantante y gurú emocional del grupo. Basta echarle una mirada a los textos de su autoría para darse cuenta de que estamos frente a un hombre que lo ha visto casi todo: desde la desazón sin límites del desengaño amoroso más terrible, la introspección existencialista más brutal, el mano a mano con las drogas más insólitas y los paraísos artificiales más esquivos, Margineta glosa el MUNDO (sí, el MUNDO, así con mayúsculas) con el mismo talento y el poder de síntesis que hicieron de Jim Morrison, Arthur Rimbaud, Kurt Cobain, William Burroughs o Thom Yorke los íconos de sus respectivas generaciones. En la voz, la guitarra y las letras de Mick residen la fuerza y la potencia de AGG, una explosión que es a la vez lava candente y caricia suave, marasmo de desencanto y alucinación protozoica. “Pierden sentido las cosas, se achican, se agrandan, se van”, nos dice en “Las Flores”, y uno no puede menos que maravillarse ante la precisión de escalpelo de lo fútil de un mundo desahuciado. Y también: “Viendo que no era tan urgente, me tire a descansar”; y la esperanza que sin embargo surge para el día de mañana. Si quieren la pista del próximo gran artista de este milenio que transitamos, anoten este nombre: Mick Marginetta.

De la misma manera en que la vía sobre la cual el tren sonoro de este mismo milenio va a tomar su completa y fabulosa velocidad de crucero está forjada con el acero más sólido del que se tengan noticias: el que fluye de los candentes hornos de esa usina sin fin que es Roger Cuti. Cuti el hacedor. Cuti el armador. Cuti el todopoderoso. Cuti el mago. Un gladiador sobreviviente de innumerables batallas, con incontables muescas en el lomo de Olga (su confiable e inseparable hacha) que haciéndole frente a la adversidad, a la escasez de recursos, al desprecio de lo joven por lo viejo, troca mera tecnología en maravilla, códigos binarios en carne, en suma: frialdad y circuitos electrónicos en pulso humano y sangre. Una nota entera merecería este Carlomagno de las artes musicales y sonoras. Pero el espacio del que dispongo es tirano y embustero (y además trolo y mamachotas).

Entonces, amigos, simplemente: Actitud Gastón Gaudio. El futuro YA está sucediendo.

Nota del posteador: La modestia de nuestro cronista le impide referir que, como quinto Gaudio que es, tiene una participación estelar en "Canción Mediocre" (también conocido como "Tema del Petiso") y otra en ciernes. Una parte no menor del crédito (o responsabilidad penal) de AGG le corresponde. Creo que puedo hablar en nombre de todos y decirle: ¡gracias crimi por esta crónica! ¡gracias crimi por ser como sos!

Y ahora, hablando sólo por mí, te digo: estuviste medio chotito conmigo, crimi; me dedicaste tres palabritas medio como de compromiso; así, como sin ganas, al final. Qué feo ser vos...

no me retiré

domingo, 4 de mayo de 2008


Todavía no me retiré. Voy a volver cuando tenga ganas de hacer las cosas como se deben hacer. Para volver más o menos, prefiero esperar. Pero es cierto, no estoy entrenando.

Todo pasa por lo mental. Ya pasaron más de 15 años de carrera y uno se va cansando. Por eso te digo que para volver debo saber que tengo que hacer bien las cosas. Ya no estoy para perder el tiempo.

Estoy disfrutando de jugar al fútbol, de salir con amigos, de hacer las cosas que nunca pude hacer y son normales para cualquier persona. Por ahora no veo nada de tenis.