cupido sin detenerse

lunes, 30 de junio de 2008

No te detengas para robarme
No te detengas para esquivarme
Sé de tus malicias y arbitrariedades

No te detengas para robarme
No te detengas para esquivarme
Sé de tus caprichos y tus ansiedades

Cupido
Usá tus flechas
Cupido
Dejalo herido
Cupido
Que casi muerto
Cupido
vuelva conmigo

No puedo soportar este dolor
Necesito algo


Letra de Guille Hermida y Mick Marginetta.

ensayo abierto, primera parte

martes, 10 de junio de 2008

Una crónica de Crimi Contepomi
(enviado especial a Buenos Aires)


boomp3.com

El gato kolestón, 7 de junio de 2008, ensayo abierto en Cutihaus, directo de consola sin procesamiento. Letra de Manoneta, con aportes de Crimilanga e Imperio, y retoques de Angus Vian, Ludwig Cuti, Mick Marginetta y Poleta Minogue.

¡Vaya concierto cojonudo, amigos! En realidad fue un ensayo abierto (N. del E.) Es que ya lo habíamos dicho, y lo confirmamos la noche del pasado sábado: Actitud Gastón Gaudio es el futuro de la música.

Primero que nada, y antes que todo, una mención especial para los encargados de ese lugar acogedor y mágico que es el Casal Cutijáus, un reducto escondido en una de las zonas más hermosas y pintorescas de la capital argentina, que bien vale la pena conocer. Ambientado en sobrios tonos de naranja chillón y amarillo eléctrico, el espacio nos recibe - a nosotros y al resto de los más de 20 privilegiados que asistieron al evento - con un halo que recuerda a la vieja mística del Casbah, del Cavern la modestia del cronista le impide mencionar que también vivió las épocas gloriosas del CBGB y Cemento y vivió para contarlo o del retrete psicodélico de mi amigo Jordi de Barcelona el que se encuentra en Sant Feliú de Llobregat, no confundir con el homónimo de El Prat de Llobregat. Un perpetuo colchón “drumanbéis” nos acompaña hasta la pequeña mesa en donde se acomodan las vituallas con las que matizaremos la espera (guacamole, chips, palitos salados y las sempiternas empanadillas de carne con las que los argentinos suelen agasajar en sus reuniones). Una seguidilla de excelentes tintos del terruño ayudan a la digestión y caldean el ambiente de los fans que, ora sentados directamente en el suelo, ora parados contra las paredes y en pequeños grupos, intentan manejar su ansiedad sacándose fotos con los miembros del grupo.

Organizándolo todo, cuidando hasta el más nimio detalle, está Ezpeleta. Esa especie de Negra Poli mítica manager de la conocida orquesta argentina “Los Redondillos del Ricotta” remixada que no deja nada librado al azar para que sea una noche perfecta de puro mogollón.

La tensión alcanza su punto máximo y finalmente las luces no se apagan, los músicos toman sus lugares, y - con unas escuetas palabras de bienvenida de parte de Mick Marginetta - la maquinaria Gaudio se pone en funcionamiento. Unos segundos. Porque apenas empezado, Ludwig Cuti corta de cuajo el primer tema y hace gala de su legendario perfeccionismo, tomándose el tiempo necesario para un ajuste fino de los controles de esa mole tecnológica que es el “Gaudio Sound System”. Un segundo arranque - con los enardecidos fans al borde de la histeria - y una segunda parada. Esta vez es Poleta Minogue quien no se permite la más mínima desviación de tono, y pide recomenzar. La tercera es la vencida, y entonces sí: un contagioso beat se desprende de la guitarra y los saltitos sincronizados de Mick (derrochando a manos llenas esa demoledora actitud de rockstar chulo que ya le conocíamos de la época de sus actuaciones en solitario en el mítico Sabah de Compostela) prefigurando el irresistible “El gato kolestón”.

Si la música es lo que importa aquí - y ya nos detendremos en ella - me permito unas líneas para destacar la no menos importante presencia escénica de la banda. El componente indefinible, huidizo, esquivo, “eso” que separa a los meros aspirantes a estrellas de la memez de las verdaderas luces incandescentes del firmamento del rock. Y presencia es lo que AGG tiene. Vaya que sí.

Es el ya mencionado huracán rítmico de Marginetta, que disocia magistralmente cada compás entre pies que flotan y manos que rasguean, guitarra en diagonal, lentes a juego y jopo hortera e insolente. Es el tai-chi zen de piernas de Angus Vian, dibujando trazos orientales con el color de unas notas de bajo gordas y calientes, como una Alessandra Rampolla en su noche de bodas. Es la traza rocker “yo ya me lo he montado todo, tío” de Ludwig Cuti, veterano pila-pila domesticando a Olga como se doma a una yegua en celo, calzándola sobre sus pelotas en moderna cruza de nerd “high tech” con pasión rocanrolera de barrios bajos. Es la glacial, hipnótica y virtuosa inmovilidad de estatua viviente de Poleta Minogue, dejando claro que para pararse al frente de una banda lo primero que hay que saber es, justamente, pararse. Joder. (Continuará)

porción de vida

domingo, 8 de junio de 2008


Porción de vida
empiezo cosas que no terminé
me quedo a oscuras
entre la duda de tu cama y qué.

Y no para de llover
y los campos quedan sucios
y camino la ciudad
no te puedo demacrar.

Porción de vida
lo que te toque lo vas a aceptar.
No sos mi cura
te acomodaste sin saber por qué.

Y no para de llover
y los campos quedan sucios
y camino la ciudad
no te puedo demacrar.

sábados de super acción

sábado, 7 de junio de 2008

no va

martes, 3 de junio de 2008