más melones

jueves, 27 de diciembre de 2007


Ayer estuve en lo de Beaudoux y le dejé a Olga para calibrar y otros arreglitos menores. La última vez que lo había visto fue hace como quince años, precisamente cuando me entregó a Olga luego de operarla y hacer de ella lo que es hoy. En ese momento yo era y me sentía músico a full; mi vida toda era muy diferente que la actual, y ésta algo completamente inimaginable para ese pibe de veintipico.

Pensaba en todo eso cuando caminaba hacia el taller, y suponía que cruzar la puerta y sentir el olor a madera haría disparar en mí sensaciones muy fuertes, de una potencia acumulada en tres lustros de letargo. Pero no, che, ¿sabés que no? Fanta, guacho, vos estás igual, pero yo soy irrevocablemente otro. Parece que hay cosas que, una vez que se dejan en el camino, no se encuentran más.

3 comentarios nada más:

Anónimo dijo...

Ahhh Fanta... Cuántos recuerdos...
Ahora que parece que se mudó a un lugar civilizado voy a tener que visitarlo.

Anónimo dijo...

te mandamos melones, cafrunes, mandarinas y mucho mucho amor y energia para que encuentres a ese nuevo que quiere tocar como sea y como salga

cuti dijo...

gracias por todo, pero ese nuevo hace rato que está